Mert llega a su apartamento de muy mal humor. Enojado. Dolido. Herido. Emilio jamás lo vio así. Además está todo mojado. Emilio se acerca a él cariñoso y preocupado. Lo acaricia con cariño:
--¡¡mira como te pusiste¡ ¿¿que pasó? ¿¿porque no te pusistes a cubierto?
Mert está demasiado dolido.
--¡¡vete al demonio, déjame en paz¡
Mert se arrepiente de haber gritado a su primo porque sabe que es muy sensible. Ve que tiene ganas de llorar pero no está de humor para ser amable. Entra en el baño. Mert se encierra y llora. Emilio sufre. Le duele que su primo no confíe en él, que no sienta que lo puede ayudar.
--¡¡soy un tarado --dice frustrado-- ¡¡todos me consideran un tarado y claro que con esta cara como no sentirme un tarado¡¡ ¡¡nadie me puede tomar en serio con esta cara¡
Miguel se viste muy molesto. Salvador lo abraza desnudo.
--No te vayas. Sé cómo calmarte.
Pero Miguel no tiene ganas de seguir con sus juegos sexuales. Aparta a un primo de un empujón.
--que pasa ¿¿es que a ti también te gusta Mert?
Miguel da un puñetazo a su primo y se va. Salvador está rabioso y con ganas de coger.
--¡¡maldita sea¡
Se viste frustrado porque se ha quedado sin polvo. Se lleva las manos a la cabeza sofocado.
--¿¿¡y ahora dónde encuentro yo alguien que me baje esta calentura?¡
Se viste molesto culpando de todos sus males a Mert:
--¡¡en buenas horas se fue a enamorar de Miguel ¡ ¡¡¡maldita sea¡
Se va furioso. Recién ha dejado de llover. Un auto pasa por el lado y lo moja todo.
--¡¡esto es lo único que me faltaba¡
Se pone a gritar y a insultar al dueño del auto. Éste para el auto. Saca la cabeza por la ventanilla:
--perdona, chavo. No te vi.
Varonil, de mirada sensual, de cuerpo musculoso y muy muy guapo. Salvador lo mira de arriba a abajo. Le tiembla todo. La dulzura y la belleza del hombre han flechado a Salvador. El hombre ha tomado buena nota de las señales que le transmite el chico. Lo mira galantemente. Le sonríe y Salvador está deslumbrado. El buenorro abre la puerta y dice muy caballerosamente:
--ven, sube... Te llevo a donde quieras.
Salvador sube baveando por él. Se sienta a su lado. Sus ojos se clavan en la gorda entrepierna de él muy resaltada por los jeans. El buenorro sonríe seductor:
--¿dónde quieres ir?
Salvador está totalmente hechizado por la extremada belleza de ese dios. Casi no le sale la voz.
--donde quieras --balbucea.
El buenorro sonríe satisfecho. No dice nada más y comienza a conducir. Salvador no deja de mirarlo. Nunca vio un hombre tan guapo y eso que sus primos lo son pero la belleza de este hombre... ¡impresiona¡ Al buenorro no le molesta las descaradas miradas del chico. Al contrario. Le gusta sentirse deseado.
Mert ha llorado durante largo rato. Se siente más tranquilo. Sale del baño desnudo, su mojada ropa queda en el piso. Sale secándose la cabeza con la toalla. Emilio está dolido aunque le gusta ver los genitales de su primo moviéndose mientras camina. Se acerca a él con la excusa de recoger la ropa. Lo tiene a tocar de su mano. Él se agacha y tiene aquella parte hermosa central a su merced...Siente escalofríos por todo el cuerpo. Ya se le ha olvidado el enojo porque es demasiada su sed de chico guapo. Y le pilla teniendo en sus manos los boxers sucios de su primo. No puede ponerse más caliente. Mert se muestra cariño:
--tenemos que hablar.
Emilio no quiere que se note que la tiene dura. No quiere estar cerca de èl porque se ha puesto cachondo con su desnudez.
--¡¡tengo que poner tu ropa en la lavadora ¡ ¡¡ya que me mantienes pues me quiero ocupar de tu cosas¡
Mert le saca la ropa de la mano:
--luego lo haces.
Lo agarra de las manos y lo lleva hacia la cama. Emilio está muy excitado. Los dos se sientan en la cama. A Emilio le cuesta mucho sostenerle la mirada. Desea devorar ese cuerpazo.
--perdona lo de antes es que tengo mis broncas ¿me perdonas? La pagué contigo que no tienes culpa de nada.
Desnudo y con esa sonrisa ¿¡¡quien no perdonarlo?
Mert le acaricia la barbilla fraternalmente:
--¿me perdonas verdad?
Emilio está muy contento. Primero porque le dolería que su primo se enojara con èl y segundo porque le excita la situacion. No dice nada. Esta demasiado cachondo para que le salgan las palabras. Hace que si con la cabeza. Mert se abraza a él y Emilio siente rico. Mert es tierno con él. Lo trata con la ternura que trataría a un hermano pequeño aunque Emilio es diez años mayor.
--para que me perdones ¿porque no nos vamos tu y yo a tomar algo?
--¿¿¿¡tu y yo solos?¡ --feliz.
Emilio no dice que sí porque para él es como un sueño. Hace mucho que no sale con sus primos los buenorros. Mert le sonríe dulcemente. Sabe que esta contento y con cariño e ironía le pregunta:
-¿no te parece?¡
--¡¡si si¡¡
Emilio está muy contento. Se conforma con poco. Mert lo acaricia con cariño. Le duele que su primo esté tan solo y se reprocha así mismo no ocuparse más. A veces piensa que con cuidar que no le falta nada ya tiene bastante.
--me visto y salimos.
--¡¡yo mientras pondré la lavadora ¡--ansioso.
Mert no le dice nada pero le sonríe dulcemente. Emilio está feliz.
--¡¡lo amo, lo amo¡¡ ojalá me hiciera caso. Ojalá fuéramos novios--piensa.
Luego vuelve a la realidad:
--ninguno de los dos me dará bola. Ni Miguel ni Mert ni nadie.
Pero no quiere ponerse triste pensando en lo que no tiene. Se le van los ojos mirando a su primo mientras se pone los boxers. Su rostro es el del deseo. No lo puede ocultar y le extraña que su primo no se haya dado cuenta.
--¡¡que buenorro que está¡ --dice para sí-- ¡¡qué suerte la chica que se lo tire¡ ¡¡cómo me cambiaría con ella¡
Sonrie picaro y dice para sí:
--¡¡y por la de Miguel y bueno la de Salvador¡ ¡¡¡que primos tan buenorros me han tocado¡
Mientras Salvador y su buenorro están los dos desnudos en una cama. El uno al lado del otro con cara de satisfecho. Salvador mira al hombre muy impresionado. Éste lo acaricia con simpatía y le pregunta:
--¿que te pasa? No me vas a decir que eres virgen ¿no?
Salvador le sonríe.
--¡¡no claro que no¡ ¡¡pero es que nunca había hecho el amor con un hombre tan guapo¡
El buenorro sonríe orgulloso:
--no es para tanto, soy un hombre normal.
--eso no es cierto y lo sabes.--Salvador seducido.
El buenorro es muy seductor:
--¿pero no te gustó? --pregunta apasionado.
Y Salvador està encantado de haberlo conocido:
--¡¡sí me encantó ¡ Tenia ganas de estar con un hombre nuevo y nunca pensé encontrarme con un hombre tan guapo y acostarme con él sin ni siquiera saber su nombre¡
El buenorro le guiña el ojo. Le extiende la mano y muy simpático dice:
--¡¡Fernando Eduardo Salazar¡¡ ¡mucho gusto¡
Los dos se ríen. Salvador extiende la mano:
--Salvador... Salvador Bustamante. Encantado.
Los dos se miran con deseo. Fernando es muy cariñoso con él.
--¿tienes prisa? ¿te puedes quedar un rato más? Me gusta estar contigo.
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